Los vínculos y la forma de relacionarnos vuelven a estar al frente de todas las relaciones humanas y también las que rigen del campo de la salud. Aunque parezca paradójico, la tecnificación de la medicina ha logrado avances notables para la salud de las personas y sin embargo las tendencias a “humanizar” la medicina cruzan a todas las especialidades.
En esa corriente donde se inscribe la Puericultura (puer, pueros, pueri, niño y cultura, cultivo o cuidado), devolviendo al parto, la lactancia y la crianza la calidez, tal vez, perdida dentro del ámbito hospitalario.
Lis Aneley Cha es una de las integrantes de la primera camada de Puericultoras de la ciudad de Rosario y actualmente trabaja en el Servicio de Puericultura del Hospital Español: “La Puericultura se especializa en lactancia materna y crianza del niño, hasta los 3 o 4 años de vida. Durante el embarazo damos información y una vez que nace el bebé nos ocupamos de temas como por ejemplo la falta de peso del bebé, el dolor al amamantar o cuando hay escasa cantidad de leche. Pero también tratamos temas más graves como una mastitis o un taponamiento. Es decir, no patologizamos la lactancia, tratamos ciertas patologías que no requieran una medicalización, pero ante algún problema que pueda tener una mamá o un bebé que necesiten otra intervención por supuesto lo derivamos. Tratamos de solucionar por todos los medios posibles ese problema antes de llegar a una medicalización”.
La importancia de NO usar mamadera
Lis cuenta que “la mamadera como las pezoneras generan una succión disfuncional. El bebé en la teta tiene que prenderse de cierta forma, abrir grande la boca, tener mucha teta dentro de la boca, agarrar areola, con su lengua tiene que hacer un movimiento ‘redondo’, un masaje que hace a la glándula mamaria para poder estimularla, generar leche, extraerla y tragar. Toda esa complejidad que se llama succión nutritiva”.
Por eso, cuando el bebé se va a una mamadera o chupete, es decir a una tetina “el bebé hace una succión opuesta. Cierra la boca, hace una succión corta y no mueve la lengua porque no lo necesita. Si acostumbramos a un recién nacido de esta forma se genera una confusión en la succión, aprende a succionar como chupete o mamadera, va a la teta, la reproduce y no le es eficaz. Lastima a la mamá, no extrae la cantidad de leche suficiente, empieza a bajar de peso y la mamá empieza a perder la producción de leche. Entonces, al principio es preferible usar una jeringa, cucharita o vasito para que el bebé no pierda su lactancia”.
Pero por otro lado la puericultora reconoce la importancia de tener intervenciones adecuadas porque “detrás de cada mamadera hay una historia y hay miles de razones por las cuales una mujer decide o elige dar la mamadera. En el 90% de los casos esa mamadera está mal indicada, es decir que había otras soluciones antes. Pero en otros casos son absolutamente necesarias”.
¿Cuándo consultar a una Puericultora?
Lis Cha recomienda consultar ante cualquier situación que resulte rara a la familia como cualquier dolor o molestia así esta se manifieste desde un principio o en cualquier momento durante la lactancia.
“Si por alguna razón se suspendió el amamantamiento y se quiere volver, se tiene el deseo de volver a dar la teta, es otra cuestión para consultar o pedir acompañamiento. La relactación es algo sumamente posible”.
Y también deja claro que la lactancia es una opción, una decisión: “cuando una mamá no puede amamantar se le juegan emocionalmente muchas cosas. Lo fundamental es el deseo de amamantar, deseo que es posible no tener. Es válido no tener el deseo de amamantar, es una relación de a dos y cuando uno de los dos no quiere más, no quiere más”.
Servicio de Puericultura del Hospital Español
Web: https://www.amr.org.ar/he/
Tel: (0341) 4858700
e-mail: hospitalespanol@amr.org.ar
Una genia lis, sus asesoramientos nos ayudaron mucho a mí y mí beba. Cálida y muy profesional.