Los vínculos de pareja tienen muchos nombres: novies, chongues, marido y mujer, etc, etc. Pero lo que siempre hay que tener en claro es que se trata de un vínculo humano más, entre personas, y que por eso, también, se rige por las mismas normas que cualquier otro vínculo. La buena educación, la buena fe, la confianza y el buen trato; mientras más presentes estén estas características más podremos hablar de un vínculo sano.
El maltrato, la mentira y el desinteres por el otro también están presentes en todos los demás vínculos pero cuando hablamos de parejas, novies, chongues o la categoría que querramos usar sabemos que el dolor, puede, tal vez, llegar un poquito más lejos.
Pero más allá de las situaciones por las que atraviese cada pareja es interesante pensar en las herramientas con que puede contar cada uno (cada une) para sobrellevarlas. Y la Dra. Bárbara García nos trae su método “Códo a Codo” para tener guardado en la memoria y así poder fortalecer nuestro vínculo y, por qué no, a nosotros mismos también.
El método CODO tiene ese nombre por las palabras Comunicación, Objetivos, Deseo y Ocio. ¿Empezamos?
Comunicarse de manera positiva: Es importante hablar en primera persona, “yo necesito, yo deseo, yo extraño; me gustaría tal cosa”, es importante evitar hablar en forma de reclamo. Si bien históricamente nos enseñaron que amar a la otra persona era sinónimo de saber lo que esa persona quería ya podemos dejar atrás esa enseñanza. Para saber lo que nos gusta primero tenemos que averiguarlo por nosotros mismos. Además, es es injusto poner a la otra persona en la exigencia de darme placer y además hacerlo bien…
Objetivos: En lo vincular hay que ponerse objetivos comunes y de ser posible que no se opongan a los individuales. Casarse, tener una casa, un hije o “un perre” pueden ser los objetivos clásicos que se nos impongan socialmente, por eso es importante preguntarse si de verdad uno se siente interesado o identificado por ellos o se trata sólo de una tradición.
Hay que empezar a pensar los objetivos que cada persona quiere alcanzar, más allá de estos paradigmas. Esas “zanahorias” vinculares son personales pero es importante para la pareja tener “zanahorias” comunes en las cuales poder proyectarse.
Deseo: Podemos caracterizar tres tipos de deseo, el de la adolescencia ese de las mariposas en la panza y que te hace estallar el corazón. El de la novedad ese que aparece cuando apenas conoces a una persona y que va decayendo a medida que pasa el tiempo y el posexitatorio el de las personas que mantienen vínculos a largo plazo. Para @sexualidadeslibres este es el que más habla de la intimidad que tienen las personas, el que tiene que ver con saber cómo tocar a ese otro, o cómo hablarle. Se trata de conocer lo que le gusta. El deseo se construye día a día, por eso primero hay que reconocerse como ser deseante para después poder desear y ser deseado por un otro.
Ocio es la última palabra de este CODO y viene a hablar de la importancia que tienen los espacios propios para el sostenimiento de los vínculos. Si bien uno cuando decide “emparejarse” tiene claro que va a pasar mucho tiempo con esa otra persona es muy importante no perder la individualidad. Es bueno el ejemplo de los círculos complementarios, tienen áreas comunes y áreas que no comparten. Es importante buscar momentos de soledad o de compañía con uno mismo.
Por último, y ya saliendo de este CODO, hay que reconocer a la sexualidad como una esfera más de la propia vida, como un proceso, no por estar en cuarentena, cuando escribimos esta nota, hay que pretender solucionar todas nuestras demandas de un día para el otro.
Si surgen interrogantes lo mejor es tomarse el tiempo para resolverlos y así poder seguir ejerciendo nuestras sexualidades con libertad y bienestar.
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